De " Las mañanas y las madrugadas "




 Cómo



Cómo te digo la madrugada antes de morir.
La imagen polaroid de lo que somos
De lo que no queremos saber que somos
Esa belleza desalineada de media corrida
La mañana  desnuda otra vez, la risa despeinada
Las luces chocando botellas.
Las ventanas de flores muertas con olor aun,
El agua que descansa en la boca, y la luna arriba.
El baile quién sabe a dónde de los árboles.
Y  las ideas color rojo chocando chocando…
Y cintas naranja de la discusión  con el amarillo
Cómo digo las hojas, los adoquines y su memoria de pasos con otro ritmo.
Y tu boca. Lo que no está, lo callado y diurno.
La noche ya partida en un beso naranja y azul. Cómo lo digo…
¿Y si te guardo… del tiempo y el frío?
Cómo hacerte música y dejarte vibrando a mi lado.
¡Y  ya  sé que no! Ya se…
Pero cómo digo esta madrugada que va al día insoportable
Antes que caigan los gritos arañando de los techos…
Cómo digo este color, más parecido al aroma
Cómo digo esta melodía, más parecida a la memoria
Cómo digo el tiempo, ese río oscuro… esa brisa…
¿Caballito de madera?
¿Largas Paredes solas?   ¿La sombra del andén?
Cómo es, esto y aquello, como… y
ya se fue.  












Mañana de marzo

La mañana se levantó
con las camareras desnudas y solas
aburridas de mostrar sus piernas a los turistas
con el sabor ajando las medias
listas para la sopa del mediodía.
La mañana se cayó del bocado de los perros.
Y dulce las hojas se mezclan
con tu aliento vacío bajo la almohada tibia.

Marzo… en la memoria tumba ojos
y panza bajo los ríos boca abajo.
La flor cortada deja su alma en el aire.
No existe mañana, y llora tan apenas que no se ve.
No hay trenes… ni bondis ni taxis,
Dentro: la jaula llena de pajaritos de hollín.   
La mañana bosteza  y un libro respira comas,
puntos y quebradas, viento y aparte.
Ésta muerte, deliciosa y aburrida
de la primer pava temblando,
y el remolino del café, el pan quemándose…
no es nada… y vivimos… seguimos…
como un pan sobre el mantel.
Por último: una música busca mis dedos,
una palabra mi boca, un recuerdo mi frente
Y la mañana besa el cadáver luminoso de los estanques.
Un golpe, deja el eco aun sonoro,
de los huesos en al asfalto alcohólico. 








A la madrugada 


A la madrugada viene la poesía
Para contrarrestar los pájaros
Así rodando, escuchando trenes
La poesía viene a mí debajo de la lengua
Del fondo de la garganta
Del principio de mi panza
Del latido de mis pies
Del lado oscuro de mis ojos
En  la madrugada no hay mas
Y el agua de la noche fluye de la boca de lo muerto 
Ahogada de autos y rutas y murmullos y gritos que se van 
Cuando todo cerró sus manos, 
las letras murmuran como fantasmas
Caminan lentas,  pesada memoria de elefantes
Atravesando la pampa desierta de los desheredados
  






Chispa


Cómo no ser  perro
y ser más luz...
Cómo insinuar una flor
Y no tener un ramo tonto en la mano
Como hacer sin hacer la luna
Sin recitar como un moñito su dulce forma de café
Y que la veas como la vi.
cómo juntar la palabra y esto que me pasa,
entre el amor y la palabra “amor “
hay un río turbio y torrentoso:  
solo en la terraza,  mojándome los ojos
antes de dormir, en el roció de la madrugada.
Cómo llegar, como dedo  o  aliento o nariz
o como electricidad mejor,  así…
como una chispita en tu mejilla dulce dorada.




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