POEMAS DE "El camino de la tarde" (2000-2007)









La casa

La casa está vacía.
Tiene bondad y nostalgia
una dulce caricia
y un silencio de canela.
la pava, aún tibia el agua.
Su ventana, aún mira la memoria
Llena de pájaros.









A través del patio

Donde moran los pasos perdidos
como besos mudos del suelo.
Donde la lluvia, jaula de vidrio,
encierra pájaros y ventanas
que se abren dentro de mi.
Donde el alba se arrodilla
para morir en la boca cerrada del mundo.
Donde fui otro mojando mis pies
en la luz que nacía...
allí me senté a esperar tu vuelta
de la otra orilla que no crucé
y por los puentes, aromas del jardín,
te ví llegar de muy lejos,
atravesando aquel patio suspendido
que hay dentro de ese niño que fui.








El taller de la tarde

La tarde arma su taller
con misterio y aire.
Alza bastidores de horizonte.

Callada se posa
en el alma frágil
de todas la cosas.

la tarde trabaja en el recuerdo.
Despierta en los álamos.
Suelta caballos de trementina.

Luego cava un horizonte
por donde sopla,
todo el dolor del mundo.








Paraíso

Le crecieron países de las manos.
Arados cayeron de sus pies.
Soñó con un cigarro armado
en la boca de sus dedos.
Cantó noches enteras
y se hizo vieja su canción.
Calló con el día a cuestas
cavó terrible el mes de agosto
trajo su pañuelo de tierra a la frente.
Bajó de los barcos.
Subió a los cielos.










Café

Mi café ya tiene el frío del mundo.
La lluvia canta cosas que perdí.
Tiritan en la ventana
palabras que no te dije.
Camiones pasan por la ruta
rompiendo la grave muralla de la tormenta.









Después de la lluvia

El día seca los manteles de mi abuela,
su brisa viaja llena de criaturas luminosas.
Un pececito rojo gira en una palangana rota
los ojos de un gato giran con el pez
la pollera del viento roza mi frente
los broches danzan en su equilibrio relativo.
Que barco extraño...
este día después de la lluvia.











EL SAUCE

"Había una vez, un sauce en la casa de un querido amigo, en el que nos sentábamos a tomar mate y a escuchar música. Cuando a veces cesaba la conversación, después de un largo tiempo de estar allí, era inevitable dormirse por un instante, bajo la marea dulce de aquel sauce que siempre estaba cantando."

El sauce es lluvia detenida.
Es fuente, caracol roto de Gaudí.
Debajo de él hay un lamento,
una lenta paciencia inclinada
a un arroyo de espejos rotos.

Yo duermo bajo su sombrero decaído
bajo su pensamiento amarillo.
El sauce tiene el sueño de volar,
cruje en la piel de su rocío seco,
y como un pájaro que nace de la tierra
nace su vuelo sombrío.

El sauce canta en su rio vertical, quieto.
Sus navíos de hojas nuevas
surcan la memoria verde del árbol
y refresca las esperanzas
que se detienen debajo de él.

Extraña oración la del árbol
que nace y muere a la vez
desde su corazón, viejo molino
lleno de pájaros.

Él siente el estallido de la semilla
el castillo de las hormigas
en los párpados cerrados de la tierra.
Él es un auténtico puente
entre la tierra y el cielo.
Es la garganta melancólica del mundo.

Ayer fuimos niños, y el viejo sauce ya estaba allí
como un antiguo túnel que respira
edificando los andamios de los días
de los otoños, detrás de los inviernos
y anunciando los veranos inolvidables
de nuestra juventud.

Yo tuve un sueño, ayer, bajo sus recuerdos
más viejos que los míos.
Yo tuve un sueño, y el sauce gigante y tierno
con el viento lo cuidaba, y lo dormía.










MANO

"Una vez me caí del tren, y en el hospital pensé esto sobre la mano que me dolía mucho, después entré en el quirófano y mi muñeca nunca más giró igual."

La mano alza
como triunfo al hombre.
Todo lo que ella toca
halla su nombre
su color, su forma.

Ella crea las cosas a su medida.
Para ella son las puertas,
los bastones, las herramientas
los gatillos, las palancas.
Con ella se alzan trofeos.
Se derriban muros.

Su caricia es tan preciada.
Hay un botón rojo para su dedo.
Sus falanges son andamios
por donde trepan las ideas
que caen a la realidad, a la carne.

Mi mano sonríe cuando entra en tu pelo
cuando se moja en la oscuridad de tu boca.
Tu mano anda desnuda, callada por el mundo.
El hombre traiciona:
crea esposas y cadenas.

No todas las manos son iguales.
hay manos inútiles
manos en bolsillos, debajo de axilas secas
hay manos que sueñan,
transpiran sucias de tierra y mundo.

La mano le cuenta a las hojas
a la madera, a la piel,
danza con las cosas
como un pez en el mar.
Ella respira como un árbol,
se abre como una rosa.

La mano late como un corazón
en su armadura roja como un guante
o pecado en su dulce piel de manzana.

El pasado está lleno de manos.
la mano es medida
la mano es rítmo
la mano es historia
la mano mira, piensa
el mundo es una mano que busca otra mano,
y la mía, con golpe de tren
triste, busca la tuya, perdida, callada, desnuda
que me abrace, que me sostenga,
que me junte de este triste suelo.

La mano se abre con el día, el día se alza lleno de manos
las manos se unen y deciden porque no todas son iguales:
Hay manos inútiles, hay manos asesinas
hay manos que pueden cambiar el mundo.











Caramelos

Tenés toboganes en la voz
y hamacas en tu pollera.
Los dos caramelos de tu mirada
Serán para mi boca?
Tus dedos bailan
en el último cigarrillo
de nuestra noche rota

Tenés una paloma dormida en la panza
un salto detenido de tobillo y mariposa
Quiero cuando te reís
ese ratoncito blanco
que tiembla en tu boca

Quiero también tu dolor
para sembrarlo con nuevas estrellas
haciendo vibrar un beso lleno de besos
cargando de lluvia el cielo
soplando en tus manos una mañana
acariciando en tus ojos navíos lejos
hechos de luna y amaranto.










La última tarde

No te nombro,
porque ya sabes.
la tarde se termina.
Y soy mas viejo.

Otros chicos juegan
nuevos juegos.
(El viento dice lo que siento)

No te nombro.
Te callo,
te guardo dentro de mí.

tengo mi boleto de vuelta.
(El cielo va tomando nuevas formas)

El tiempo arma su bolso,
donde va mi corazón, vivo.
Cansado.












***

1 comentario:

Gabriela Demichelis dijo...

aca también las palabras nombran mares, peces, pajaros, arboles, tardes....
me gusta, un beso